Película Planeta Simios 1968
El mejor final de la historia del cine es el de la película “Planet of the apes ” (1968). El astronauta Taylor (Charlton Heston) y la primitiva humana Nova (Linda Harrison) cabalgan por una larga playa. Parece un momento de calma dulce después de que han conseguido dejar a los simios atrás, pero la banda sonora nos anticipa que algo está a punto de ocurrir y, enseguida, la cámara nos revela una oscura mole ante la que los protagonistas se detienen. Charlton Heston se apea del caballo y, desde la orilla, la contempla en estado de shock. El espectador sabe que está viendo una imagen perfectamente reconocible que la cámara está a punto de mostrar y que automáticamente, como un movimiento magistral de ajedrez, decantará toda la historia:
Es un final sorprendente (no anticipado).
Es un final que recoge todos los hilos de la narrativa y cierra la película con una conclusión lógica que se deduce a partir de las premisas de la historia.
Es un final que abre un amplio espacio de posibilidades para la especulación.
Parece sencillo, pero pocas veces un final cumple tan nítidamente con estos tres sencillos preceptos.