Es un dron subacuático de bajo coste y para todo tipo de usuarios. Según sus diseñadores, esta máquina aspira a democratizar la exploración del océano. Es lo suficientemente simple como para conectarla y operar al instante y, al mismo tiempo, lo bastante avanzada como para utilizarse en investigaciones científicas.
El Trident pesa menos de tres kilogramos, cabe dentro de una mochila o debajo de un asiento de avión, puede sumergirse hasta 100 metros de profundidad, y alcanza una velocidad de 2 metros por segundo.