Debemos reconocer que la producción de alimentos orgánicos es amigable con el medio ambiente, porque evita los monocultivos y la utilización de pesticidas, fungicidas y otras sustancias que podrían ser tóxicas. Sin embargo, no hay elementos científicos contundentes que demuestren que tengan un beneficios significativo para la nutrición y salud, con respecto a los alimentos producidos de manera convencional.