Nació cuando los monitores comenzaron a ser capaces de apagar la iluminación de la pantalla por zonas para reforzar el contraste real cuando el contenido de la pantalla es muy oscuro. Este dato no suele medir variaciones entre blanco y negro, sino entre grises y, además, es un período de tiempo determinado. Como resultado vamos a encontrar barbaridades de marketing. En general mejoran la imagen, pero no hay que hacerles mucho caso.