Esta película del año 1981 debería llamarse: "de aquellos días ochenteros en los que los filósofos usaban peinado mullet y trabajaban de cadeneros en los antros". Así de desmesurada es esta película de Patrick Swayze, transformado aquí en un Socrates vengador que emprende una batalla contra el cacique de un pueblo. Eso sí, es más entretenida que muchas de las cintas de super héroes actuales.