Debutó en el cine con el cortometraje Cuban nights, de la Warner Brothers, ya con el pedigrí de haber trabajado en el cine de Hollywood, regresó a México y protagonizó la Madrina del Diablo, la lado de la hija den Sarita García, María Fernanda Ibáñez. En 1941 obtuvo el papel principal en Ay Jalisco no te rajes, y no se rajó, pues se consagró, en toda América Latina lo aclamaban y en al España de Franco, las españolas se desmayaban por él. Además fundó el sindicato de actores, la ANDA.