Todos han cumplido ya los veinte, pero entre los tres no superan los setenta..
Todos tienen pelo en la cara (aunque es cierto que uno de ellos más que los otros dos) y viven pegados a una cámara de video y un monitor. Con frecuencia llevan grandes auriculares en la cabeza y un micrófono al lado. Hablan un idioma muy particular, que a tus padres les cuesta comprender.