Como el triángulo de las bermudas, la Zona del Silencio se presta a todo tipo de interpretaciones y leyendas. Partiendo del amor como eje central, Aridjis crea una obra de ficción en la que esa otredad que nos habita se vuelve un laberinto de mutaciones, reencarnaciones y correspondencias. Y como bien lo muestra, el deseo traspasa tiempo y espacio para someternos a sus leyes, a veces violentas, otras sublimes, pero siempre irremediables.