Madonna ha dado muestras de sobra que no le preocupa el que dirán; la más reciente ocurrió durante el Festival de Coachella cuando la reina del pop aprovechó una interpretación a dúo con el rapero Drake para robarle un apasionado beso que dejó con la boca abierta a buena parte del público y al propio cantante, quién sólo atinó a sonreir.