Una cerveza que se calentó y se volvió a enfriar es conocida con la palabra azorrillada o skunked, esto no es más que un mito. En realidad, la exposición breve a rayos ultravioleta pueden provocar cierta reacción en las moléculas de lúpulo que dan el sabor a amargo a la cerveza. Al descomponerse estás moléculas se transforman en otro compuesto derivado del sulfuro, que es una sustancia tan potente como el de la defensa del zorrillo, y cuya trillonesima parte en la cerveza puede echar a perder el sabor y el aroma de esta. Así como lo vi en el MSN, los cambios de temperatura moderados no son indicador de que una cerveza se eche a perder. De todos modos hay que tener precaución con guardar las cervezas a temperaturas mayores a 30 o menos de 0 grados centígrados.